La cocina tecno emocional, llamada también molecular o
sensorial, es finalmente nombrada así por el resultado esperado. Su título no
advierte cultura, país, autor o ingredientes, y en este caso es lo de menos,
pero lo que sí advierte es el desarrollo explícito de una cocina
técnico-conceptual, en donde la diversidad de técnicas y los conceptos —en
ocasiones destilados de filosofía pura— son el motor de la creatividad. Es una
tecno cocina revolucionaria, que rebasa los límites de la imaginación, de la
dietética. Que maneja como piedra fundacional el respeto a la naturaleza de los
productos.
Debemos ser consiente que los estímulos de los sentidos no
sólo son gustativos (salado, dulce, amargo y ácido) sino que se puede jugar con
el tacto —contrastes de temperaturas y texturas—, con el olfato —humos, aires y
esencias—, con la vista, colores, formas y engaño visual—, y que así los
sentidos se convierten en uno de los principales puntos de referencia a la hora
de crear, y sobre todo pensar en motivar el “sexto sentido” del espectador.
la gastronomía tecnoemocional no propone solamente comer
rico:como se había dicho anteriormente
se plantea como un lenguaje con el cual el creador se expresa. Las
elaboraciones buscan estimular los sentidos a través de un desarrollo de
texturas y temperaturas, con alimentos que se deconstruyen de manera tal que el
hecho culinario se convierte en una experiencia intelectual.